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Crítica: "Loving Pablo", por Paco España

La película, que hace una recreación de los últimos doce años del narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria, está inspirada en un libro de Virginia Vallejo, periodista colombiana y amante de Escobar que terminó siendo confidente de la DEA (Agencia del Gobierno para el control de drogas), personajes ambos interpretados, respectivamente, por Javier Bardem y Penélope Cruz.


Resulta curioso ver la falta de química que existe entre los dos intérpretes dentro de la pantalla, cuando por todos es sabido que son pareja en la vida real. Es evidente que la película tiene un generoso presupuesto. El despliegue de medios del que hace gala no presenta muchas dudas: la cantidad de personajes y figurantes, las numerosas escenas de acción, la cuidada fotografía y un diseño de producción que acredita fielmente la época histórica en la que de desarrolla.


Pero el nivel de su guión es muy escaso, presentando una gran cantidad de escenas carentes de interés sin el gancho preciso para poder mantener la atención del espectador. Las interpretaciones no van más allá de la corrección, con un Javier Bardem en el que llama la atención su metamorfosis física y una Penélope Cruz que hace gala de su belleza, pero, fuera de estos aspectos, poco que destacar.


Probablemente debido a su alto presupuesto, la película está rodada en inglés y realmente resulta ridículo escuchar al personaje de Escobar hablando la lengua de Shakespeare con un acusado acento antioqueño. Todo sea por la 'iaeputa' pasta. El proyecto ya da sus primeros pasos sobre arenas movedizas porque son muchos los ejemplos de series y películas que tratan a éste y a otros personajes de similares características. 


Sin ir más lejos, la archiconocida serie Narcos, con una calidad mas que contrastada de la que Loving Pablo se queda muy lejos de igualar. Tras su brillante comienzo como director de largometrajes con Familia, Barrio y Los lunes al sol, llegó a encontrar una posición consolidada, aunque no al mismo nivel de las anteriores con Princesas, Amador y Un día perfecto, hasta llegar a Loving Pablo, donde podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que León de Aranoa ha tocado fondo.