-Nos miran pero yo no los veo-. Debut en la dirección de Norberto
López Amado, basado en un relato de Javier García Sánchez titulado Los otros (simple casualidad), con
guión de Javier Guerricaechevarría, colaborador habitual de Alex de la Iglesia.
Nos miran está emparentado con El resplandor, Los sin nombre o Los otros, pero su parentesco es lejano, muy lejano por tres importantes
diferencias, García Sánchez no es Stephen King, López Amado no es Alejandro
Amenábar ni Carmelo Gómez es Jack Nicholson.
La propuesta es, en principio interesante, ¿qué pasa con las personas
que han desaparecido repentinamente sin dejar rastro?, pero con el paso de los
minutos puedo observar varios aspectos que lastran el ritmo y por consiguiente
el interés de la película; la poca capacidad de síntesis, para dar más
posibilidades al espectador despistado, como cuando el protagonista descubre
que los que 'nos miran' pueden ser
vistos a través de un espejo o de una superficie pulida, es entonces cuando el
director nos los muestra en cuatro escenas consecutivas reflejados en espejos,
baldosas, paredes y cristales.
Otros aspectos negativos son el poco provecho
del personaje de Karra Elejalde, la falta de credibilidad o las situaciones previsibles como es el caso
del fantasma del vídeo o la exposición del trauma infantil del protagonista.
Poco a poco el interés inicial
desaparece y aumenta la frecuencia con la que se mira el reloj. –mala
señal-
En el plano positivo, además de la evidente valentía y riesgo al
exponer este resbaladizo tema, la película cuenta con una de las cineastas mas
destacables de nuestro panorama cinematográfico, alguien que desde que hizo El
sur no ha perdido el norte, se trata de Icíar Bollaín que hace un trabajo
estupendo como esposa del atormentado policía protagonista.
Estamos
acostumbrados a su calidad ya sea interpretando, dirigiendo o escribiendo.
También destacaría la escena en la que el protagonista ve por primera vez,
junto a sus hijos, a una de 'ellos' reflejada en un camión cargado de espejos que
se ha detenido en un semáforo.
Es necesario estimular la imaginación del espectador para que este
pueda crear su particular realidad y para eso necesita disponer de su espacio
que en Nos miran no se facilita, se intenta dar todo pensado. Crítica publicada en 2002 en Panorama de Cine.