Ante la ofensiva de superhéroes en la cinematografía actual, con gran aceptación por parte de público y crítica, preguntas y respuestas sobre este género fílmico se establecen en un nuevo lenguaje de cine digital. Esta nueva entrega de las aventuras cósmicas de Guardianes de la Galaxia, ahora en su volumen 2, despega y aterriza a modo de círculo del seguidor de las entregas en el Universo Marvel, cuyas aventuras entusiasman y entretienen al espectador de hazañas intergalácticas.
La construcción narrativa de este film es más de lo mismo, es decir, repetición de la misma fórmula y, por tanto, inferior al primer volumen sin asumir riesgos en su propuesta. De nuevo, esta peculiar cuadrilla debe combatir para mantener unida a su nueva familia y descubrir un misterio paterno filial, buscando el origen de Star-Lord y la filiación de Peter Quill. Enemigos, batallas y mucho diálogo en una puesta en escena demasiado estática en algunos momentos de su metraje.
En tono de pirotecnia cinematográfica, al relato le falta más ritmo y le sobra verborrea. Reconociendo que estos aspirantes a héroes galácticos rezuman simpatía, humor básico, su estética es una mezcla de film pop y ópera sideral. Una historia de explosiones e investigación para unos justicieros en lugares iluminados por la luz de ilustraciones de colores a la viñeta de los años 80 del siglo XX, cuya denominación de origen se palpa en cada secuencia de la película.
Sus aspectos destacados recaen en algunos intérpretes: Kurt Russell, los cameos de Sylvester Stallone y David Hasselhoft... actores de la vieja escuela que llenan pantalla con presencia y estilo. También en su banda sonora, repleta de éxitos ochenteros: entre otros, desde Fleetwood Mac a Cat Stevens pasando por Electric Light Orchestra... Así pues, su aspecto más destacado: un homenaje a una gran época musical.
Un film menor respecto a su anterior aventura en un lugar de personajes del Mago de Oz sideral, pero con menos frescura: un mapache parlante, un Hulk dosificado, una it Avatar girl, un bonsai simpático con rostro de Fantomas conforman la tripulación de una nave que gusta, cumpliendo su cometido, si las exigencias son menores. A otros espectadores, nos aburre y nos adormece en modo reGroot. Próximamente, más volúmenes para la enciclopedia del espectador galáctico.