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El testamento de Blanca María en Santander

"El testamento de María", la novela escrita por el irlandés Colm Tóibín publicada dentro del catálogo de Simon & Schuster Audio, con la lectura a cargo de Meryl Streep, llega a la Sala Argenta del Palacio de Festivales este fin de semana, sábado 10 y domingo 11 de Octubre en sesiones de 20:30 h. y 17:00 h. respectivamente -agotadas las entradas-, interpretada por Blanca Portillo, Premio Max 2015 a la Mejor Actriz Protagonista, y dirigida por el cineasta Agustí Villaronga ("Pan negro"). 


Nominado a los premios Booker Prize 2013, "El testamento de María" procede, en realidad, de un monólogo teatral escrito por el propio Tóibín y estrenado en Dublín en 2011. En Abril de 2013, en Broadway, se estrenó una versión dirigida por Debora Warner y protagonizada Fiona Shaw. Esta adaptación fue nominada a varios premios Tony 2013, entre ellos Mejor Obra Dramática, y fue Premio de la Asociación de Críticos de Nueva York a la Mejor Obra y a la Mejor Actriz. "El testamento de María", monólogo de uno de los mejores escritores vivos pensado para ser representado en un teatro, es una obra de Testamento en coproducción con Centro Dramático Nacional, Festival Grec y Avance Producciones Teatrales, con la colaboración del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.


Sinopsis: 'Nuestras raíces son católicas. Educados en el seno de una cultura cristiana, hemos convivido cotidianamente con un montón de símbolos religiosos. Colm Tóibín ha puesto el foco en uno de ellos: la Virgen María. Y nos descubre que detrás de ese icono de la Virgen hay un ser humano. María de Nazareth. Una sencilla mujer de campo, cuyo único hijo le es arrebatado por una decisión divina que no comprende y por un terrible odio humano que le inflige el mayor de los dolores al clavarlo en una cruz.


El texto de Tóibín nos llega a nosotros con la voz y figura de Blanca Portillo. En esta actriz descansa la parte primordial del trabajo. Es un monólogo complejo y con muchos matices. La emoción en estado puro, sin artificios, es lo que debe prevalecer, eliminando todo lo que nos separa de ese sentimiento enfebrecido. La escenografía de Frederic Amat convierte el exilio, en su casa de Éfeso, en una especie de habitación-retablo de la memoria. En ella nuestro personaje, ya en la vejez, revive momentos de su vida. Hermosos algunos, terribles otros. Y los recrea como si en sus solitarias y largas noches diera forma a esos fantasmas del pasado y con ellos nos descubriera la mujer que realmente es, no la que toda la humanidad ha querido hacer de ella'. Agustí Villaronga.