script

Crítica: "Los pingüinos de Madagascar", por Pelayo López

Las nuevas aventuras de Capitán, Kowalski, Rico y el recién llegado Soldado son un excelente ejemplo de cómo no firmar un 'spin-off'. Los grandes estudios, de animación en este caso, parecen no darse cuenta de que los 'dulces' secundarios no siempre son protagónicos bienvenidos. En esta ocasión, además del dudoso carisma del cuarteto 'paso de cebra' -cuyo humor resulta demasiado forzado y las únicas pizcas de 'extra' ya habían sido adelantadas en el trailer promocional-, el desarrollo narrativo resulta demasiado convencional y lejos de la asombrosa genialidad tanto para u público infantil como adulto que suelen presentar otros muchos títulos animados.


El pulpo Dave, ensombrecido en zoos de medio mundo por la presencia alargada de estas entrañables criaturas, pretende tomarse la venganza. Sin embargo, estas aves marinas 'no' voladoras, que se creen una mezcla entre 007 y Ethan Hunt -de hecho la banda sonora tiene reminiscencias a ambas referencias audiovisuales-, tendrán como inesperados compañeros de viaje al denominado Viento Norte, un equipo de élite pro-defensa de los animales. En este contexto, la linealidad argumental resulta demasiado cansina y, por si fuera poco, más que gélidos pingüinos parece que estemos ante 'osos amorosos'. Ni siquiera la componente turístico-viajera, de la Antártida a Central Park pasando por 'Irlanda' o Shanghai entre otras muchas escalas, resulta alentadora.


Los pretendidos mensajes para los más pequeños, como el valor de la familia o el trabajo en equipo, resultan demasiado recurrentes. Además, las raíces de Madagascar las obvian en exceso, tanto al principio como al final del metraje -quizás los propios autores sean conscientes de que esta aventura y no más-. Sólo espero y confío en que el mismo camino que han emprendido los Minions no resulte tan notoriamente insulso. (Silencio y pedorreta). Por mucho que uno sea de pingüinos, mejor con 'su caminar' al zoo. Capitán, Kowalski, Rico y Soldado son grandes corales... pero para contarnos su vida y milagros casi mejor 'no haber pulsado el botón' de este capítulo estirado de su serie de televisión.