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Crítica: "Antes del anochecer", por Marta Ingelmo

Conocimos a Céline y a Jesse en 1995. Un joven estadounidense de 23 años se encuentra con una estudiante francesa en un tren rumbo a Viena. Logra convencer a la joven de que se baje del tren para pasar una noche con él en la capital austriaca. Así nace una relación que debía morir "Antes del amanecer". En esa noche los largos paseos por Viena tienen como banda sonora las profundas conversaciones de los dos protagonistas sobre la vida, la muerte o el sexo. Conectan, y la conexión es tal que deciden que la historia no puede acabar ahí. Deciden verse a los seis meses en el mismo lugar.


En el 2004 descubrimos que esa cita nunca se produjo. Nueve años después, Jesse es un escritor de éxito gracias a la novela que narra el encuentro con una estudiante francesa en Viena. Céline aparece en la librería parisina en la que Jesse firma ejemplares de su libro. Allí desea encontrarle, lo que no espera es que el escritor ya está casado y tiene un hijo en Nueva York. Aún así deciden pasar otro día juntos que es, si cabe, más intenso que su primer encuentro. "Antes del atardecer" nos deja en vilo al ver como los protagonistas se olvidan de las circunstancias de su vida para acabar juntos en una habitación.


Hemos tenido que esperar hasta este verano para descubrir que tras ese encuentro Céline se quedó embarazada de gemelas y Jesse decidió dejar a su mujer. Han pasado otros 9 años y ambos rondan la cuarentena. En este tiempo sus conversaciones sobre la vida, la muerte o el sexo se han transformado en las discusiones de un matrimonio que cae en la temida rutina. "Antes del anochecer" tiene como fondo la hermosa Grecia que invitará a la pareja a pasear como lo hacía en sus primeros encuentros y reflexionar sobre hacia dónde va su relación tras 18 años juntos. La tercera película de esta irresistible historia de amor es la más madura de las tres como lo son ahora sus protagonistas.


El tono de las entregas ha ido avanzando desde el romanticismo del encuentro del primer amor, a la oscuridad de las dudas y al peso de las decisiones que se toman a lo largo de la vida. ¿Todas las relaciones están condenadas al fracaso?. ¿Puede una persona seguir siendo atractiva para su pareja tras casi 20 años juntos?. Cuestiones como éstas se presentan en una de las películas más esperadas del verano. En la misma línea de las anteriores, la cinta trascurre entre paseos y conversaciones. No hay más acción que la de las palabras que intercambia la pareja. Algunas son románticas y divertidas, otras duras, incluso crueles. Estos diálogos son los que convirtieron a la historia de Jesse y Céline en una de las más románticas del cine reciente. Hoy siguen haciéndonos reír, reflexionar, sentir y madurar junto a sus dos protagonistas.