Los vampiros están sembrando el caos y dos sacerdotes (¡uno de ellos punkie, vaya usted a saber por qué!) deciden ir a buscar a la última esperanza de la humanidad: Jesucristo. Una suerte que el Hijo de Dios estuviera bautizando gente en un lago cercano... Una película impactante por lo lamentable de las situaciones, tales como que se bajen de un jeep 2 tipos vestidos de negro y digan: 'Hola Jesús, no nos conoces porque no hemos hablado nunca, somos Los Ateos'. Jesucristo responde: 'Pues ha llegado la hora de las conversiones'. Y del jeep se bajan otras 34 personas (contadas) para pelearse con el Mesías.
Pero antes de esto, cuando Jesucristo va a cambiar su look para ponerse más actual con los tiempos que corren, la película se convierte en un musical (¡así, porque sí, sin venir a cuento de nada!). En otra escena, para dar tensión en plan película de espías, Jesucristo dice: 'Si no he vuelto en 5 minutos... llama al Papa'. Puede parecer que ya hemos dicho todo lo que podíamos decir, pero nada más lejos de la realidad...
Todavía nos quedaba citar que Dios se manifiesta convertido en una copa de helado (que se nota que es una marioneta hecha con un calcetín al que han puesto algo de helado por encima), quien le dice a Jesucristo que le va a enviar a un santo para que le ayude en su tarea ¡¡y ese santo resulta ser El Santo, un luchador de lucha libre mexicana!!. Para finalizar, no podemos obviar que se mate a los vampiros con mondadientes, con cerveza bendecida o simplemente con aliento de ajo tras haberse tomado mucha salsa ali-oli. Aunque los vampiros (y lo malos en general) no se quedan lejos, llegándose a defender con el intestino delgado de un muerto a modo de nunchakus...