Este martes, 12 de Junio, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (C/ Rubio, 6 - Santander) se viste de largo para celebrar la primera jornada de aluCINE 2012, ciclo que la pinacoteca y la Asociación Audiovisual de Cantabria, bajo la coordinación de Linker, dedican al séptimo arte. El presente ciclo se inaugura con dos protagonistas de excepción en la historia y el presente del cine ruso y occidental: Andrei Tarkovski y Aleksander Sokurov.
En esta nueva cita cinematográfica, que tendrá lugar a las 18.30 h. en el EspacioMeBAS, se proyectará "Elegía de Moscú", de Aleksander Sokurov*, documental que el autor centra en la figura del cineasta ruso Andrei Tarkovski y tras el cual Linker hará una introducción al posterior debate que tendrá lugar sobre el propio documental y, en concreto, sobre la figura imponente de Andrei Tarkovski.
"Elegía de Moscú" es un canto a la figura del gran cineasta, que a modo de homenaje, realizó Sokurov en 1987. Por circunstancias derivadas de las dificultades en la consecución del documental, concretamente por la lentitud en la aprobación por parte de las autoridades soviéticas de su producción, lo que iba a ser un simple homenaje a un amigo y maestro, se convirtió en un canto póstumo, ya que Tarkovski murió antes de que el documental fuera finalizado. No se trata de una biografía al uso, sino de una muestra sensible y emocional de admiración y respeto al genio. Sokurov construye un collage de ritmo melancólico, a través de imágenes extraídas de varios documentos audiovisuales en los que aparece Tarkovsky: el documental "Tempo di viaggio", del propio Tarkovski y Tonino Guerra, en el cual se documenta el proceso previo a la producción de "Nostalghia"; "Un día en la vida de Andrei Arsenevich", de Chris Maker... También hay material propio de Sokurov, con el que se adentra en los lugares en los que vivió Tarkovski. Intenta así transmitir la esencia del cineasta ruso, una esencia emocional y flexible cuando lo vemos expresarse con naturalidad sobre distintas cuestiones: el cine, el arte, el compromiso, la patria... pero también nos muestra los efectos de su ausencia en sí mismo y en los lugares que le pertenecieron y en los que desarrolló su vida familiar y creativa.
* Hijo de un soldado profesional, Aleksandr Nikolayevich Sokurov (Podvorikha, Irkutsk, Siberia, 1951) pasó su infancia y juventud entre Polonia y Turkmenistán, siguiendo los sucesivos destinos de su padre. En 1968, comenzó los estudios de historia en la Universidad de Gorki y se incorporó a una emisora de televisión local para realizar documentales. Tras licenciarse en Historia, ingresó en la Escuela de Cine de Moscú (VGIK), donde, aunque era un alumno brillante, no le aprobaron el trabajo de fin de carrera por su excesivo 'formalismo' y por sus 'actitudes antisoviéticas'. La perestroika y el fin del régimen comunista soviético no le aportaron visibilidad ni reconocimiento, pero sí fueron determinantes en este sentido la defensa que el director Andrei Tarkovski hizo de su obra y el papel de los nuevos sindicatos.
Las películas "Madre e hijo" (1997) y "El arca rusa" (2002) le dieron el reconocimiento internacional. Sokurov es actualmente uno de los directores referentes del cine europeo. La producción de Sokurov es muy amplia, con más de cuarenta películas entre largometrajes, cortos y documentales. Ha dirigido más de quince obras de ficción y más de 25 documentales, a menudo convertidos en series a través de trilogías. Con un cine de gran lirismo y estatismo, Sokurov explora la vertiente plástica de la imagen y sus posibles significados. Sus films presentan situaciones humanas en contextos de conflicto y dificultad, a menudo enmarcados en la antigua Unión Soviética.
Con referencias a la pintura clásica, sus obras difuminan las fronteras entre ficción y documental. Las cintas, con abundantes alusiones literarias y una persistente conciencia de la muerte, son poemas fílmicos en los que el paisaje adquiere un gran protagonismo. Aunque la obra fílmica de Sokurov no ha tenido un acceso fácil a los circuitos de distribución de cine comercial, desde finales de los años ochenta ha sido premiada en varios festivales de cine independiente y se ha expuesto en museos de arte contemporáneo.
** El más famoso director soviético desde Eisenstein, Andréi Tarkovski es uno de los máximos representantes del cine ruso, cuyas películas son intensamente íntimas, ocasionalmente controvertidas, siempre hermosas en cada fotograma, y es por eso por lo que es considerado como un poeta del cine. Se mostraba interesado en el hombre y su búsqueda de respuestas de la vida misma, la decadencia de la verdadera espiritualidad en la sociedad moderna y la incapacidad de la humanidad para responder adecuadamente a las demandas de la tecnología, que domina cada vez más todo el espectro de la vida humana.
Andréi Tarkovski consideraba que su película "Andréi Rubliov" era el mejor ejemplo para mostrar a la gente cuál es el verdadero rol y la responsabilidad real del artista en la sociedad, aludiendo a que él mismo, como cineasta, no tenía por qué ser obligado a ser un mero trabajador del estado ruso que reflejase simplemente las maravillas de la política rusa. Interesado en ir más allá del lenguaje cinematográfico, Tarkovski exploró nuevas formas de narrativa cinematográfica, que influyeron en la nueva generación de cineastas, y desarrolló una interesante teoría cinematográfica, a la que llamó 'Esculpir en el tiempo'. El mismo destacaba una característica del cine: la capacidad de fijar el tiempo. A partir de esta idea, el cineasta debe esculpir un bloque de tiempo para dejar al descubierto la imagen cinematográfica.
Después de "El espejo", Tarkovski anunció que se dedicaría completamente a seguir las premisas dramáticas del filósofo Aristóteles: concentrar totalmente una historia en un sólo lugar bajo un sólo día 'solar' (es decir, desde que sale el sol hasta que vuelve a hacerlo) en algún momento del tiempo. Sacrificio es considerada por muchos como el perfecto reflejo de la legendaria teoría cinematográfica de Andréi Tarkovski. Los archivos documentales de Tarkovski —que incluyen guiones, fotografías, artículos escritos por él mismo, entre otras cosas— se conservan en la actualidad en la Fundación Andréi Tarkovski, dirigida por Andréi Tarkovski, hijo del director, que tiene sus sedes en Moscú, Florencia y París.
"Elegía de Moscú" es un canto a la figura del gran cineasta, que a modo de homenaje, realizó Sokurov en 1987. Por circunstancias derivadas de las dificultades en la consecución del documental, concretamente por la lentitud en la aprobación por parte de las autoridades soviéticas de su producción, lo que iba a ser un simple homenaje a un amigo y maestro, se convirtió en un canto póstumo, ya que Tarkovski murió antes de que el documental fuera finalizado. No se trata de una biografía al uso, sino de una muestra sensible y emocional de admiración y respeto al genio. Sokurov construye un collage de ritmo melancólico, a través de imágenes extraídas de varios documentos audiovisuales en los que aparece Tarkovsky: el documental "Tempo di viaggio", del propio Tarkovski y Tonino Guerra, en el cual se documenta el proceso previo a la producción de "Nostalghia"; "Un día en la vida de Andrei Arsenevich", de Chris Maker... También hay material propio de Sokurov, con el que se adentra en los lugares en los que vivió Tarkovski. Intenta así transmitir la esencia del cineasta ruso, una esencia emocional y flexible cuando lo vemos expresarse con naturalidad sobre distintas cuestiones: el cine, el arte, el compromiso, la patria... pero también nos muestra los efectos de su ausencia en sí mismo y en los lugares que le pertenecieron y en los que desarrolló su vida familiar y creativa.
* Hijo de un soldado profesional, Aleksandr Nikolayevich Sokurov (Podvorikha, Irkutsk, Siberia, 1951) pasó su infancia y juventud entre Polonia y Turkmenistán, siguiendo los sucesivos destinos de su padre. En 1968, comenzó los estudios de historia en la Universidad de Gorki y se incorporó a una emisora de televisión local para realizar documentales. Tras licenciarse en Historia, ingresó en la Escuela de Cine de Moscú (VGIK), donde, aunque era un alumno brillante, no le aprobaron el trabajo de fin de carrera por su excesivo 'formalismo' y por sus 'actitudes antisoviéticas'. La perestroika y el fin del régimen comunista soviético no le aportaron visibilidad ni reconocimiento, pero sí fueron determinantes en este sentido la defensa que el director Andrei Tarkovski hizo de su obra y el papel de los nuevos sindicatos.
Las películas "Madre e hijo" (1997) y "El arca rusa" (2002) le dieron el reconocimiento internacional. Sokurov es actualmente uno de los directores referentes del cine europeo. La producción de Sokurov es muy amplia, con más de cuarenta películas entre largometrajes, cortos y documentales. Ha dirigido más de quince obras de ficción y más de 25 documentales, a menudo convertidos en series a través de trilogías. Con un cine de gran lirismo y estatismo, Sokurov explora la vertiente plástica de la imagen y sus posibles significados. Sus films presentan situaciones humanas en contextos de conflicto y dificultad, a menudo enmarcados en la antigua Unión Soviética.
Con referencias a la pintura clásica, sus obras difuminan las fronteras entre ficción y documental. Las cintas, con abundantes alusiones literarias y una persistente conciencia de la muerte, son poemas fílmicos en los que el paisaje adquiere un gran protagonismo. Aunque la obra fílmica de Sokurov no ha tenido un acceso fácil a los circuitos de distribución de cine comercial, desde finales de los años ochenta ha sido premiada en varios festivales de cine independiente y se ha expuesto en museos de arte contemporáneo.
** El más famoso director soviético desde Eisenstein, Andréi Tarkovski es uno de los máximos representantes del cine ruso, cuyas películas son intensamente íntimas, ocasionalmente controvertidas, siempre hermosas en cada fotograma, y es por eso por lo que es considerado como un poeta del cine. Se mostraba interesado en el hombre y su búsqueda de respuestas de la vida misma, la decadencia de la verdadera espiritualidad en la sociedad moderna y la incapacidad de la humanidad para responder adecuadamente a las demandas de la tecnología, que domina cada vez más todo el espectro de la vida humana.
Andréi Tarkovski consideraba que su película "Andréi Rubliov" era el mejor ejemplo para mostrar a la gente cuál es el verdadero rol y la responsabilidad real del artista en la sociedad, aludiendo a que él mismo, como cineasta, no tenía por qué ser obligado a ser un mero trabajador del estado ruso que reflejase simplemente las maravillas de la política rusa. Interesado en ir más allá del lenguaje cinematográfico, Tarkovski exploró nuevas formas de narrativa cinematográfica, que influyeron en la nueva generación de cineastas, y desarrolló una interesante teoría cinematográfica, a la que llamó 'Esculpir en el tiempo'. El mismo destacaba una característica del cine: la capacidad de fijar el tiempo. A partir de esta idea, el cineasta debe esculpir un bloque de tiempo para dejar al descubierto la imagen cinematográfica.
Después de "El espejo", Tarkovski anunció que se dedicaría completamente a seguir las premisas dramáticas del filósofo Aristóteles: concentrar totalmente una historia en un sólo lugar bajo un sólo día 'solar' (es decir, desde que sale el sol hasta que vuelve a hacerlo) en algún momento del tiempo. Sacrificio es considerada por muchos como el perfecto reflejo de la legendaria teoría cinematográfica de Andréi Tarkovski. Los archivos documentales de Tarkovski —que incluyen guiones, fotografías, artículos escritos por él mismo, entre otras cosas— se conservan en la actualidad en la Fundación Andréi Tarkovski, dirigida por Andréi Tarkovski, hijo del director, que tiene sus sedes en Moscú, Florencia y París.