El Palacio de Riva Herrera, construido a mediados del S. XVI, se ha inaugurado este sábado, 28 de abril, tras el proceso de rehabilitación al que se ha sometido el que es el edificio civil más antiguo de la ciudad, una cita en la que ha estado presente el secretario de Estado de Cultura, el cántabro José María Lassalle; el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna; el delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz; el presidente del Parlamento de Cantabria, José Antonio Cagigas; y el director general de Cultura, Joaquín Solanas. El Palacio de Riva Herrera albergará un centro cultural versátil, multidisciplinar, en el que las nuevas tecnologías tendrán un papel fundamental.
Con la denominación de Enclave Pronillo, que además se convertirá en sede oficial y permanente de la Fundación Santander Creativa, será un centro formativo, con una programación estable -talleres, cursos, foros, encuentros...-, pero no dejará de ser "una de las más relevantes infraestructuras patrimoniales con las que cuenta Santander", cumpliendo así con el objetivo principal de recuperar un bien histórico, y, además, convertirlo en un centro cultural y artístico, en el que se mostrará también la historia de la ciudad ligada al propio edificio. De este modo, se dará a conocer la historia del propio edificio y de la ciudad de Santander, exhibiendo, de forma permanente, un video que repasará la historia y la importancia del Palacio. Temporalmente, se va a mostrar, en una serie de paneles ilustrativos, la historia de la familia Riva Herrera, la historia de Santander en la época del Renacimiento y la evolución del edificio, desde que estaba en ruinas hasta su recuperación actual.
El Palacio Riva Herrera, ubicado en una parcela de una superficie aproximada de 2.000 metros cuadrados, consta de una torre de mediados del siglo XVI a la que se adosó una vivienda que a lo largo de los siglos ha sufrido varias reformas y ampliaciones, y que cuenta con una torre señera, casa señorial, capilla, patio de armas y portalada con reloj de sol. El proyecto de rehabilitación, cuyo presupuesto es de cerca de 1,5 millones de euros, respeta las trazas arquitectónicas del palacio, habilitando salas para talleres, aulas, salas polivalentes y un gran espacio para exposiciones e intercambio cultural.
El 19 de Noviembre de 2009 se firmó el convenio para la rehabilitación del Palacio de Riva Herrera, en virtud del cual el Ministerio, con cargo al 1% Cultural, ha colaborado con el Ayuntamiento en la financiación de las obras de recuperación. El Estado ha financiado el 70%, y el Ayuntamiento el 30% restante.
Para conocer los orígenes del Palacio de Riva Herrera hay que remontarse a mediados del siglo XVI, en ese momento en Santander se produce un cambio decisivo. Se construye un nuevo puerto, la villa medieval se remodela y se revitaliza la puebla nueva, que se sitúa junto a unos muelles modernos que atienden las demandas del comercio portuario de la lana de Castilla y dan cobijo a un número elevado de navíos. Personaje clave en esta moderna transformación de la ciudad es Fernando de la Riva Herrera: capitán de grandes flotas mercantiles con destino a Flandes, responsable de la construcción, tecnología y mantenimiento de las escuadras navales de la Corona.
Los Riva Herrera procedían de Gajano, al otro lado de la bahía, y a mediados del siglo XVI construyen un palacio fortificado en Pronillo, próximo a la ciudad, en un lugar estratégico, con un dominio visual del mar abierto y de la bahía. El complejo cuenta con una torre, casas bajas y edificios auxiliares en torno a un patio de armas. El edificio posee además una capilla cuya cúpula, uno de los elementos arquitectónicos más importantes del Palacio, se erigió hace más de cuatro siglos.
Los Riva Herrera fueron claves en la introducción del Renacimiento y el Clasicismo en Santander, con otras obras como la capilla funeraria del Rosario en lo que hoy es la Catedral, o el convento de monjas Clarisas de Santa Cruz de Monte Calvario, actual Tabacalera. El Palacio de Pronillo también fue testigo de momentos históricos importantes como residencia del jefe de mando de las tropas francesas napoleónicas en la contienda de la Guerra de la Independencia que empleó el Palacio como vivienda habitual a comienzos del siglo XIX.
Durante los conflictos carlistas se construyó junto al complejo de Pronillo una puerta fortificada que formaba parte de una cortina de fuertes y fosos de trinchera que protegían la Península de Santander. Una portalada del siglo XVI, con un magnífico escudo de los Riva Herrera y Alvarado en el exterior, y un original reloj de sol en su fachada interior. El conjunto se completaba con una cerca defensiva, un patio de armas y algunas edificaciones secundarias. La obra del palacio ha de relacionarse, por su estilo, con el foco renacentista burgalés y, posiblemente, con arquitectos como Simón de Bueras o Lope García de Arredondo, autor este último del Ayuntamiento de Laredo.
El Palacio Riva Herrera, ubicado en una parcela de una superficie aproximada de 2.000 metros cuadrados, consta de una torre de mediados del siglo XVI a la que se adosó una vivienda que a lo largo de los siglos ha sufrido varias reformas y ampliaciones, y que cuenta con una torre señera, casa señorial, capilla, patio de armas y portalada con reloj de sol. El proyecto de rehabilitación, cuyo presupuesto es de cerca de 1,5 millones de euros, respeta las trazas arquitectónicas del palacio, habilitando salas para talleres, aulas, salas polivalentes y un gran espacio para exposiciones e intercambio cultural.
El 19 de Noviembre de 2009 se firmó el convenio para la rehabilitación del Palacio de Riva Herrera, en virtud del cual el Ministerio, con cargo al 1% Cultural, ha colaborado con el Ayuntamiento en la financiación de las obras de recuperación. El Estado ha financiado el 70%, y el Ayuntamiento el 30% restante.
Para conocer los orígenes del Palacio de Riva Herrera hay que remontarse a mediados del siglo XVI, en ese momento en Santander se produce un cambio decisivo. Se construye un nuevo puerto, la villa medieval se remodela y se revitaliza la puebla nueva, que se sitúa junto a unos muelles modernos que atienden las demandas del comercio portuario de la lana de Castilla y dan cobijo a un número elevado de navíos. Personaje clave en esta moderna transformación de la ciudad es Fernando de la Riva Herrera: capitán de grandes flotas mercantiles con destino a Flandes, responsable de la construcción, tecnología y mantenimiento de las escuadras navales de la Corona.
Los Riva Herrera procedían de Gajano, al otro lado de la bahía, y a mediados del siglo XVI construyen un palacio fortificado en Pronillo, próximo a la ciudad, en un lugar estratégico, con un dominio visual del mar abierto y de la bahía. El complejo cuenta con una torre, casas bajas y edificios auxiliares en torno a un patio de armas. El edificio posee además una capilla cuya cúpula, uno de los elementos arquitectónicos más importantes del Palacio, se erigió hace más de cuatro siglos.
Los Riva Herrera fueron claves en la introducción del Renacimiento y el Clasicismo en Santander, con otras obras como la capilla funeraria del Rosario en lo que hoy es la Catedral, o el convento de monjas Clarisas de Santa Cruz de Monte Calvario, actual Tabacalera. El Palacio de Pronillo también fue testigo de momentos históricos importantes como residencia del jefe de mando de las tropas francesas napoleónicas en la contienda de la Guerra de la Independencia que empleó el Palacio como vivienda habitual a comienzos del siglo XIX.
Durante los conflictos carlistas se construyó junto al complejo de Pronillo una puerta fortificada que formaba parte de una cortina de fuertes y fosos de trinchera que protegían la Península de Santander. Una portalada del siglo XVI, con un magnífico escudo de los Riva Herrera y Alvarado en el exterior, y un original reloj de sol en su fachada interior. El conjunto se completaba con una cerca defensiva, un patio de armas y algunas edificaciones secundarias. La obra del palacio ha de relacionarse, por su estilo, con el foco renacentista burgalés y, posiblemente, con arquitectos como Simón de Bueras o Lope García de Arredondo, autor este último del Ayuntamiento de Laredo.