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Crítica: "Contagio", de Steven Soderbergh, por Pelayo López

¿Cómo actuarías si se produjese una pandemia de origen desconocido?. ¿Cómo actuarían las autoridades mundiales para atajar la epidemia global?. Steven Soderbergh intenta responder a estas preguntas, añadiendo alguna que otra cuestión más, con una historia coral y un montaje de acertado trazado. Sin desvelar el origen del contagio mundial, reservado hasta el final para un interesante epílogo explicativo de lo azarístico de la tragedia (bienvenido U2 por su aportación musical en este punto), el director de la saga de "Ocean´s" recurre a un desarrollo narrativo similar, presentando la evolución del comportamiento personal de los protagonistas por un lado y la actuación de gobiernos y ejércitos por otro, y, todo ello, en un contexto elíptico temporal de frecuencia inversamente proporcional que revela la decreciente gravedad por el desconocimiento del enemigo vírico letal.

En este sentido, brillante presentación minutaria de los hechos: una base rítmica musical con toques "jarre" que acompaña sin diálogo alguno a la expansión planetaria de la enfermedad, una circunstancia plasmada visualmente en forma de diversas localizaciones internacionales y abundantes primeros/primerísimos planos y planos detalle sobre el contacto humano, a la sazón vía de transmisión pandémica. Sobre un fondo fotográfico de textura colorística videográfica, el reparto estelar responde de manera diferente en función de la presencia en pantalla de sus personajes. Kate Winslet, Marion Cotillard y Gwyneth Paltrow apenas pueden demostrar su talento puesto que sus papeles son de escasa duración. En el caso de ellos, Matt Damon condensa el mayor protagonismo, pero no se le ve demasiado convencido y parece actuar más bien por afinidad personal con el realizador. Jude Law y Lawrence Fishburne son quienes mejor aprovechan unos personajes más golosos: el primero como bloggero indie de referencia (la tv y la radio no juegan un papel destacado en la difusión de la catástrofe) consumido por su propio ego y las ofertas económicas, y el segundo como pseudomilitar que busca siempre el equilibrio entre el cumplimiento de las órdenes y la salvación de los suyos.

Resulta curioso, además, el hecho de que los protagonistas parezcan estar por encima de los acontecimientos, ya que presentan un comportamiento benévolo ante el caso, mientras el resto de la humanidad se deja llevar por los instintos más primarios. Con la violencia como respuesta generalizada a la situación de apocalipsis inminente, los análisis conspirativos dejan paso a un halo de reminiscencia fortuita. Cine de aprovechamiento: cine comercial maniqueo sobre premisas de vínculos emocionales.