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Crítica: "Invasión a la Tierra: Batalla Los Angeles", de Jonathan Liebesman, por Pelayo López

La última película sobre invasiones de alienígenas interesados en colonizar nuestro planeta, después de títulos como "Distrito 9", "Skyline" o "Monsters", resulta, cuanto menos, extraña. Sus dos horas aproximadas de metraje -afortunadamente no avanza en tiempo real hasta alcanzar las 4 horas de duración de la misión de los protagonistas-, sus arquetípicos personajes que no logran despertar la más mínima emoción en el espectador -el teniente recién salido de la academia que está a punto de ser padre, el sargento con un pasado turbio a punto de dejar el cuerpo que acaba convirtiéndose en el héroe de la unidad, el novato que la palma nada más empezar la acción, la chica guerrera que lidia con cualquier misión, además de negros, asiáticos e hispanos alistados por la patria...-, y su planteamiento narrativo excesivamente previsible y basado en escenas demasiado habituales en la gran pantalla -el helicóptero de rescate que es abatido nada más levantar el vuelo, el patriotismo lacrimógeno rebosante en cada frame que sitúa el centro del mundo en los EE.UU., la cacería uno a uno de los miembros de la unidad ...-, harían que cualquier otra cinta propiciase continuados bostezos en la butaca. Sin embargo, no es el caso.

El director de "La matanza de Texas: el origen", Jonathan Liebesman, consigue que, pese a todos estos lastres, su proyecto flote sin hundirse del todo. ¿La fórmula?. Sinceramente, ni idea. Una vez sabemos el final, conocido desde el principio puesto que no es más que un flashback continuado, esta propuesta, a medio camino entre los Michael Bay y Roland Emmerich de espectacularidad panorámica de la ciencia-ficción y el Steven Spielberg del 'soldado Ryan' en la lucha cuerpo a cuerpo del cine bélico, arranca con la interesante tarjeta de presentación de los diferentes personajes a través de sus facetas más sensibles -un claro intento de conquistar al espectador-, a quienes se sumarán con el transcurrir de los fotogramas las dos chicas de la cinta. En esa misma contextualización, el realizador dosifica las informaciones justas de lo que luego ocurrirá con la llegada de los extraterrestres. Avistamiento, contacto y confrontación. Planteamiento, nudo y desenlace. El mayor número de millones ha quedado, sin duda, para el final. Toda la presencia previa de los seres llegados de otro planeta queda limitada a insinuaciones lumínicas, cortinas de humo y algo de robótica pringosa bajo una mirada de cámara en hombro que desenfoca tan rápidamente que es imposible de seguir. La batalla final es la que se lleva todo el despliegue de medios.

Del reparto, poco que podamos decir. No actúan demasiado y sí se han ahorrado unas cuantas sesiones de gimnasio. Aaron Eckhart, el 'Dos caras' del reboot de Batman y la siempre cañera Michelle 'A todo gas' Rodríguez se convierten en los líderes del grupo. "Independence day", "La guerra de los mundos" o los títulos al principio mencionados pueden componer la dirección narrativa y artística de esta nueva invasión, aunque su director ha conseguido aportar su propia seña de identidad que la hace también diferente. Algunos echarán en falta el típico personaje graciosillo que saca punta a todo tipo de situaciones: ¡no creo que encajase bien!. "Retirada, y un cuerno". La fuente que buscan los extraterrestres es el agua... y el desayuno de un marine es la acción... y estos marines tienen un aire a John Wayne... aunque el público de esta película seguramente no sabrá quién era...