Si hace unos días se estrenaba “Noche y día”, el relevo de Tom Cruise y Cameron Diaz lo toman en esta nueva comedia romántica de acción la pareja formada por Ashton Kutcher y Katherine Heighl. El esquema: el mismo. Chico conoce chica, se enamoran, se casan, viven felices... hasta que el pasado del marido sale a su encuentro para recordarle que era un agente secreto con licencia para “bla bla bla”. En comparación con la cinta rodada en España -aquí se trasladan a Niza-, esta entrega firmada por Robert Luketic resulta más entretenida y creíble.
Por un lado, la historia, coincidente con “El show de Truman”; por otro, los efectos especiales, sin abusar creando una atmósfera cotidiana muy propicia para el argumento, salpicado con escenas de acción rocambolescas pero posibles, como la persecución por la urbanización. El director de comedias como “La cruda realidad”, que destacó con otra tan diferente como “21: Black Jack”, nos ofrece una comedia más lograda, con un tono muy constante rayando el aprobado conjunto. Bueno, ¡vale!. Muchos gags y chistes hablan de sexo... pero es que su pareja protagonista se presta a ello. Ashton Kutcher las seduce a ellas luciendo torso y “pistola” en mano. Katherine Heighl nos seduce a nosotros con escotes ajustados y sonrisa “profident”.
¿Química entre ambos?. La hay. El, correcto en su papel y ajustado al perfil que se le supone; ella, heredera en el cargo de reina de la comedia y aún no lo ha dado todo. Tom Selleck, resultona escena de tiro al plato, y Catherine O´Hara, siempre con un brindis a punto, son los padres de la novia, de lo mejor, aunque poco aprovechados. El pastel se descubre pronto, pero no importa. Final curioso e interesante, con puesta en común familiar incluida, y sintiéndonos felices con la música de Macy Gray.
¿Química entre ambos?. La hay. El, correcto en su papel y ajustado al perfil que se le supone; ella, heredera en el cargo de reina de la comedia y aún no lo ha dado todo. Tom Selleck, resultona escena de tiro al plato, y Catherine O´Hara, siempre con un brindis a punto, son los padres de la novia, de lo mejor, aunque poco aprovechados. El pastel se descubre pronto, pero no importa. Final curioso e interesante, con puesta en común familiar incluida, y sintiéndonos felices con la música de Macy Gray.