365 días al año dan para mucho, o para poco según se mire y según parece. El Instituto Cántabro de Estadística nos ha ofrecido en estas fechas datos bastante preocupantes sobre dos actividades que presumíamos formaban parte de nuestro tiempo de ocio: la lectura y el cine. Al parecer, 8.760 horas, 525.600 minutos, 31.536.000 segundos no son bastante para encontrar un hueco en nuestra agenda, o algún euro que otro en nuestros bolsillos, y acercanos al cine o leernos un libro. Si el aprobado es un 5, suspendemos en ambas materias, aunque puede que haya excusas razonables (a continuación, sólo unos pensamientos en "voz" alta)...
Según los datos del ICANE -a través de la Encuesta sobre participación en actividades formativas, culturales y de ocio-, el ICANE, el 37.34% de los cántabros, el 31,19% de las mujeres y el 43,61% de los hombres, no han leído un libro en este último año. La letra pequeña de este estudio, que también hay que leer, nos dice que se trata de "libros leidos por placer". Esta misma encuesta refleja también que, en el caso de la asistencia al cine, el 46,82% de los cántabros, un 44,07% en el caso de las mujeres y un 49,59% en el caso de los hombres, no han acudido al cine el útlimo año -un 60% tampoco ha presenciado un espectáculo de artes escénicas o un concierto-. Reflexiones: ¿no se lee o no se lee lo que algunos quieren que se lea? (el 60% de los cántabros es lector habitual de prensa y ¿la lectura profesional cuenta o no?) y ¿no se va a las salas porque se ve más cine en otros soportes según coinciden casi todas las partes del sector cinematográfico? (¿será que el precio de la entrada y la idea de los multicines periurbanos en tiempos de crisis no es tan buena?). ¡Y sólo por decir algo (no tengo tiempo para más, me voy a leer algo que no "encaja" en la lectura "oficial")!.