Según parece -de acuerdo a algunas filtraciones incorrectas en el apartado ético-, la Filmoteca Regional reabrirá sus puertas en Marzo de 2008. Mientras esperamos la confirmación oficial de este extremo, desde el punto de vista personal se pueden hacer varias reflexiones en torno a las capacidades de la política, y sobre todo los políticos, para paralizar o reemprender los proyectos a su antojo.
Desde hace ya muchos meses, la sede santanderina de esta institución cinematográfica se encuentra cerrada al público debido a las discrepancias políticas existentes, durante la pasada legislatura, entre el Ayuntamiento de Santander y el Gobierno Regional. Dado que los enfrentamientos y reproches mutuos alcanzaban todos los órdenes, desde el estrictamente profesional, aunque alcanzase como siempre al mismo de siempre (al ciudadano), hasta el personal, una de las "patatas calientes" en ese frente abierto ha sido la Filmoteca Regional y sus problemas y licencias urbanísticas.
Afortunadamente, los aires nuevos que se respiran en el Consistorio santanderino, donde incluso se percibe cierto aroma cinéfilo, y el tono dialogante que parece imperar en la actualidad entre ambas partes, han permitido que una situación hasta ahora en punto muerto vuelva a ponerse en marcha y, al menos, con cierta sensación notoria de alcanzar definitivamente el destino esperado. ¡Esperemos que la noticia se produzca y que, en apenas 3 meses, podamos volver a sentarnos en las butacas de la Calle Bonifaz!. Aunque otros puntos negros siguen marcando la pauta en las relaciones entre ambos ejecutivos, como es el caso de la Autoridad Portuaria y de otros asuntos industriales o urbanísticos como el corredor ferroviario, la oscuridad de la sala de cine parece haber amansado a las fieras. ¡Que dejen de vocear los políticos en el cine y que nos dejen ver las películas en silencio!.
Afortunadamente, los aires nuevos que se respiran en el Consistorio santanderino, donde incluso se percibe cierto aroma cinéfilo, y el tono dialogante que parece imperar en la actualidad entre ambas partes, han permitido que una situación hasta ahora en punto muerto vuelva a ponerse en marcha y, al menos, con cierta sensación notoria de alcanzar definitivamente el destino esperado. ¡Esperemos que la noticia se produzca y que, en apenas 3 meses, podamos volver a sentarnos en las butacas de la Calle Bonifaz!. Aunque otros puntos negros siguen marcando la pauta en las relaciones entre ambos ejecutivos, como es el caso de la Autoridad Portuaria y de otros asuntos industriales o urbanísticos como el corredor ferroviario, la oscuridad de la sala de cine parece haber amansado a las fieras. ¡Que dejen de vocear los políticos en el cine y que nos dejen ver las películas en silencio!.